sábado, 21 de junio de 2008

¡Mierdra!

Ubú habla con frecuencia de tres cosas, siempre paralelas en su mente: de la física que es la naturaleza comparada con el arte, el mínimo de comprensión frente al máximo de cerebralidad, la realidad de la aquiesciencia universal frente a la elucubración de lo inteligente, Don Juan frente a Platón, la existencia frente al pensamiento, la medicina frente a la crisopeya, la milicia frente al combate singular; paralelamente, de la phinanza, o sea: los honores en comparación con la satisfacción de sí por uno mismo, lo que es tanto como decir los universales engendradores de la literatura basada en el prejuicio de la cantidad, en comparación con la manera de ver de los clarividentes; y, paralelamente, de la mierdra.” [Alfred Jarry, Ubú Rey]

PADRE UBÚ: En primer lugar, reformaré la Administración de Justicia. Luego procederemos con la Hacienda.
ALGUNOS MAGISTRADOS: ¡Nos oponemos a cualquier
cambio!
PADRE UBÚ: ¡Mierdra! Para empezar, no se volverá a pagar a los magistrados.
LOS MAGISTRADOS: ¿Y de qué viviremos? No tenemos rentas.
PADRE UBÚ: Os quedaréis con el importe de las multas que i
mpongáis y con los bienes de los condenados a muerte.
UN MAGISTRADO: ¡Horror!
OTRO: ¡Infamia!
OTRO: ¡Escándalo!
OTRO: ¡Indignidad!
TODOS: Nos negamos a juzgar en semejantes condiciones.
PADRE UBÚ: ¡A la trampa con ellos! (Intentan defenderse en vano)
MADRE UBÚ: ¿Qué haces, Padre Ubú? ¿Quién impartirá justicia ahora?
PADRE UBÚ: ¡Toma! Yo mismo. Verás lo bien que marcha todo.

MADRE UBÚ: Sí, será lo propio.
PADRE UBÚ: Calla de una vez, torpe… Ahora, señores, procedamos con la Hacienda.
LOS HACENDADOS: Nada hay que cambiar.
PADRE UBÚ: ¿Cómo que no? Lo cambiaré todo… En primer lugar, me quedaré para mi peculio con la mitad de los impuestos.
LOS HACENDADOS: ¡Casi nada!
PADRE UBÚ: Tranquilos, señores. Estableceremos un impuesto del diez por ciento sobre la propiedad. Otro sobre el comercio y la industria, un tercero sobre los matrimonios y un cuarto sobre las defunciones,
estos últimos de quince francos.
PRIMER HACENDADO: Eso es estúpido, Padre U
bú.
SEGUNDO
HACENDADO: Y también absurdo.
TERCER
HACENDADO: No tiene ni pies ni cabeza.
PADRE UBÚ: ¿Os estáis burlando? ¡A la trampa con ellos?

(Se incendia a los hacendistas.)
MADRE UBÚ: De una vez, Padre Ubú, ¿qué clase de rey eres? Estás acabando con todo el mundo.
PADRE UBÚ: ¡Mierdra!
MADRE UBÚ: Ni Administración de Justicia, ni H
acienda…
PADRE UBÚ: No te preocupes, mi dulce niña. Yo m
ismo iré de villorio en villorio a colectar los impuestos.

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